TEMA 4
Tema 4. Lengua y variación geográfica, social y de registros
La lengua no sólo se concibe como un sistema de conocimiento interno de una persona, sino también como un conjunto de variedades lingüísticas que se emplean en distintos contextos. Estas variedades se dividen en tres tipos fundamentales:
Variedades diatópicas: Son las variaciones geográficas de una lengua, es decir, cómo se habla en diferentes regiones o países. Por ejemplo, el español hablado en México o en Argentina presenta diferencias con respecto al hablado en España.
Variedades diastráticas: Se refieren a las variaciones sociales, lo que implica que el lenguaje cambia según la clase social, el nivel educativo, el género, la edad, entre otros factores. Así, una persona de clase alta puede emplear un estilo lingüístico diferente al de alguien de clase baja.
Variedades diafásicas: Son las variaciones en el lenguaje de acuerdo con el contexto o la situación comunicativa. Por ejemplo, no utilizamos el mismo lenguaje con nuestros amigos que en una reunión formal de trabajo. Según el contexto, adoptamos un estilo de lenguaje distinto.
La lengua, además, refleja la identidad lingüística de los hablantes. La manera en que nos expresamos puede ofrecer pistas sobre nuestro origen geográfico, nuestra clase social y el entorno en el que nos encontramos. Cada individuo también tiene un idiolecto, una forma única de usar la lengua que, aunque comparte rasgos con los demás, es inconfundible.
En cuanto a los términos "lengua" y "dialecto", se entiende que los dialectos son solo variaciones geográficas, sociales o de registro de una lengua. Aunque el término "dialecto" ha sido usado con connotaciones negativas, no existen variedades lingüísticas superiores o inferiores; todas son igualmente válidas desde un punto de vista lingüístico.
Variedades diastráticas o sociolectales se refieren a cómo las características sociales de los hablantes, como la edad, el género, la clase social y el nivel educativo, influyen en la manera en que hablamos. Estas variaciones no solo se observan entre diferentes regiones geográficas (por ejemplo, entre madrileños y chilenos), sino también dentro de un mismo territorio.
Los sociolectos son formas de hablar que permiten identificar a una persona con un grupo social específico. Por ejemplo, el habla de mujeres jóvenes trabajadoras en una ciudad podría diferir del habla de hombres jóvenes profesionales en la misma zona. Según el nivel educativo y socioeconómico, los sociolectos se clasifican en "altos", "medios" y "bajos". Los sociolectos altos se asocian con la lengua culta, hablada por personas más educadas, mientras que los sociolectos bajos corresponden a una lengua popular, hablada por personas de clases medias o bajas, e incluso pueden incluir elementos dialectales o coloquiales.
Es importante distinguir entre "lengua vulgar" y "lengua popular". La lengua popular es aceptada socialmente, mientras que la vulgar incluye errores o formas no aceptadas en contextos formales. Sin embargo, desde una perspectiva lingüística, todas las variedades son igualmente válidas. Las valoraciones sociales dependen de los grupos con los que se asocian ciertos modos de hablar. Además, los fenómenos lingüísticos varían dependiendo del contexto social y geográfico, lo que hace que una forma de hablar considerada culta en una región, pueda ser vista como vulgar en otra.
Variedades diafásicas, también conocidas como registros de habla, se refieren a los diferentes estilos de comunicación que usamos según la situación y los participantes en una conversación. Por ejemplo, no hablamos igual con amigos que en un acto formal o profesional. Los principales tipos de registro son el formal y el coloquial. El primero se emplea en situaciones serias, mientras que el segundo se utiliza en interacciones más informales.
Registro coloquial: Se usa en conversaciones cotidianas y entre personas cercanas. Se caracteriza por un lenguaje más relajado, expresivo y con una mayor libertad en la estructura gramatical. Se incluyen aspectos como la entonación (para expresar ironía o sorpresa) y el uso de expresiones intensificadoras (como "¡qué horrible!").
Registro formal: Se utiliza en contextos profesionales o institucionales. Se evita el uso de expresiones coloquiales y se sigue una gramática más estricta.
En relación con las lenguas y dialectos en España, existe una distinción entre lenguas autóctonas (originarias de la región) y las habladas por inmigrantes. Las principales lenguas de España son:
Castellano/Español: Lengua oficial en toda España, con variantes dialectales, como el septentrional y el meridional (ej. andaluz o canario).
Gallego: Lengua cooficial en Galicia, con aproximadamente 1,1 millones de hablantes.
Asturiano/Asturleonés: Se habla en Asturias, con alrededor de 100,000 hablantes regulares, aunque no es cooficial.
Portugués: Se habla en algunos enclaves fronterizos con Portugal, aunque la cantidad de hablantes es baja.
Vasco/Euskera: Lengua cooficial en el País Vasco y Navarra, hablada por unas 700,000 personas.
Aragonés: Hablado en el norte de Aragón por unas 10,000 personas.
Catalán: Hablado en Cataluña, el País Valenciano y las Islas Baleares, con presencia también en Andorra y algunas regiones de Francia e Italia.
Aranés: Variedad del occitano hablada en el Valle de Arán, en Cataluña, por unas 3,000 personas.
En las comunidades bilingües, como en España, se da la situación de diglosia, donde una lengua se utiliza en contextos formales y otra en informales, con una de ellas considerada prestigiosa y la otra no. Los procesos de contacto lingüístico como los préstamos léxicos, la alternancia de códigos y la creación de nuevas lenguas, como el criollo, son comunes en estas situaciones.
El fenómeno de dilalía ocurre cuando los usos lingüísticos de diferentes lenguas se mezclan, y la lengua anteriormente considerada formal (A) comienza a usarse en contextos cotidianos. Además, las lenguas en contacto pueden generar tensiones sociales debido a la lucha por el prestigio y el poder de la lengua dominante, especialmente en áreas como la educación y la administración.
En cuanto al habla femenina, ha sido objeto de diversas interpretaciones. Algunos estudios sugieren que los rasgos del habla femenina, como evitar el uso del imperativo o la falta de afirmación, reflejan una imposibilidad de expresar poder por parte de las mujeres, resultado de su posición social subordinada. Otros, sin embargo, argumentan que estos rasgos son una forma de cortesía y consideración hacia el oyente, mostrando una tendencia a establecer lazos de solidaridad en lugar de expresar independencia. Estas diferencias pueden estar relacionadas con la socialización diferenciada de niños y niñas y con las relaciones de poder entre géneros. Aunque el habla femenina tiende a presentar estos rasgos de cortesía, estas características disminuyen cuando las mujeres adquieren más poder social. Sin embargo, algunos de estos rasgos siguen siendo presentes y pueden entenderse como elementos culturalmente aprendidos o como una característica inherentemente femenina.
Reflexión
Este tema me ha resultado muy interesante, debido a que me ha dejado ver con claridad que el lenguaje no es algo estático, si no que va variando dependiendo del lugar, el grupo social y el contexto de este mismo.
A su vez, en este tema me he dado cuenta de la riqueza lingüística en nuestro país, con todas y cada una de las lenguas cooficiales y dialectos de esta misma, siendo este un claro ejemplo de como las lenguas no represntan identidad, si no también tensiones sociopolíticas.